La Puerta dorada es la puerta más importante e impresionante de la ciudad de Jerusalén, y la única entrada visible a la ciudad desde el Este.  Es la más antigua de todas las puertas de la ciudad y la única que no fue reconstruida por Solimán el Magnífico en el año 1539-1542 d.C.  Las piedras monolíticas en la pared, justo por encima del suelo, se han identificado como del siglo sexto a.C., con trabajos de mampostería de la época de Nehemías, (Biblical Archaeological Review, [BAR], marzo/abril 1992, p. 40).

La Puerta dorada fue amurallada por los árabes en el año 810 d.C. (Final de la era de los Rishonim) Y ha permanecido cerrada hasta ahora desde el 1541 (comienzos de la era de los Ajaronim), por orden de Solimán el Magnífico porque, según la tradición judeo-cristiana, es la que utilizará el Mesías para entrar en la ciudad (Zac. 14:4).

«14:4 Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. «

Así que, para impedir la entrada del Mesías, los árabes sellaron esa puerta; pero lo curioso es que realmente no pudieron evitar que se cumpliera otra palabra profética, pues en Ezequiel 44:1 y 2, podemos constatar cómo Jesús ya cumplió otra profecía dada en la Escrituras:

«Me hizo volver hacia la puerta exterior del santuario, la cual mira hacia el oriente; y estaba cerrada.  Y me dijo Jehová: Esta puerta estará cerrada; no se abrirá, ni entrará por ella hombre, porque el Señor Dios de Israel entró por ella; estará, por tanto, cerrada.»

Así que, los musulmanes queriendo impedir el cumplimiento de esta profecía, lo que hicieron en realidad, sin quererlo, fue cumplir otra.  Y además de sellarla, establecieron un cementerio en frente de ella, para evitar que el profeta Elías, precursor del Mesías, también entrara por ella (Mal. 4:5), pues tenían la idea que éste en su función sacerdotal no podría entrar por un cementerio, tal como lo establece la ley mosaica (Lev. 10:06, Lev. 21:1-5, Ez. 44:20-25).

» He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible». Malaquías 4:5

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La Puerta Dorada (Heb. שער הרחמים, Sha’ar Harahamim), también se le conoce como Puerta de la misericordia o también Puerta de la vida eterna. Según los turcos musulmanes, hay dos caminos a esta puerta: uno es llamado “Puerta del arrepentimiento” y el otro “Puerta de la misericordia”, y de allí deriva uno de sus nombres. Mientras que en el libro de los Hechos es mencionada como la Puerta hermosa (Hch.3:2)

«3:2 Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. «

También según la tradición, los exegetas bíblicos explican que por esa misma Puerta fue que entró el Señor Jesucristo, a Jerusalén, montado en un asno; pues esa era la puerta que queda exactamente al frente de la bajada del Monte de los olivos, por donde también entraban los caminantes y viajeros que llegaban desde la parte oriental del país.

Así que, por esa puerta entró el Maestro a Jerusalén, cuando toda la multitud clamaba: «¡Hosana al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!»  Mientras la multitud tendía sus mantos a su paso y batían ramas de palmas por el camino (Mt. 21:9).

 

Fuente y agradecimiento:

http://leondejudamins.blogspot.com/2013/12/la-puerta-de-jerusalen.html