ANTIOQUIA la cuna de la “cristiandad”
Antioquía, la “capital del Oriente”
Antioquía se situaba en las márgenes del río Orontes, localizada entonces en Siria, y corresponde hoy a la moderna Antakya, en Turquía. Fue fundada a fines del siglo IV a.C. por Seleuco I, y Nicanor la hizo capital de su imperio. Ocupa un lugar destacado en la historia del cristianismo. San Pablo predicó por primera vez en una sinagoga en Antioquía, y en ella los seguidores de Jesucristo se hicieron conocidos como “cristianos” (Hc. 11, 26). Era la tercera ciudad del Imperio Romano, después de Roma y Alejandría. Debido a su situación y a las relaciones comerciales, era considerada la capital del Oriente.
HECHOS
11:26 Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.
Ruinas de una larga calle pavimentada romana. En el tiempo de Pablo y Bernabé había tiendas a lo larga de la calle en ambos lados, de las cuales sola quedan algunas paredes de piedras en el presente.
Cuando el cristianismo llegó a Antioquía a mediados de los años 40 E.C., el Imperio Romano llevaba un siglo de dominación en esa ciudad y en todo su alrededor. En ese entonces Antioquía era una típica ciudad helenística, capital de la provincia romana de Siria y sede de su gobernador. Contada junto a Roma y Alejandría entre las tres ciudades más importantes del imperio, Antioquía era la metrópolis de una basta zona que va desde las costas del Mediterráneo en Asia Menor hasta las riveras de la Mesopotamia y desde el Ponto hasta la Arabá. Los numerosos y variados pueblos que habitaron estas tierras se encontraban en Antioquia para el comercio, la ciencia y la política. El griego y la cultura helenista facilitaban este encuentro y permitían el intercambio de todo conocimiento y opinión. Pero el griego no era el único idioma hablado en la ciudad. También el arameo tenía una destacada presencia en Antioquía y en toda la provincia de Siria y sus alrededores. El arameo era el idioma regional más importante que representaba la cultura local y tradicional, en contraposición al griego, que, como diríamos hoy, era modernista e innovador. Siendo una ciudad cosmopolita, aparte de las comunidades de habla griega y aramea, Antioquía conoció también minorías árabes, persas y armenias.
Se estima que a mediados del s. I d.C. la población de esclavos y libres de Antioquía oscilaba entre unos trescientos y seiscientos mil habitantes, entre los cuales había una grande y activa comunidad judía (las fuentes hablan de 22.000 a 45.000 miembros) que gozaba de sus privilegios tradicionales y de una relativa prosperidad económico-social. En esta comunidad encontraron refugio los primeros cristianos dispersados de Jerusalén a causa del martirio de Esteban a fines de los años treinta. Con ellos también llegaron hombres de Chipre y Ciriene que predicaron el Evangelio del Señor Jesús a los griegos de la ciudad. De estos dos diferentes tipos de testimonio se formó en Antioquía una única comunidad cristiana sin distinciones étnicas o ideológicas, una comunidad fundamentada en la predicación de los apóstoles y especialmente en la de Pablo gracias a cuya labor “los discípulos en Antioquía recibieron por primera vez el nombre de christianoi” (Hechos 11:26). Hechos de los Apóstoles relata cómo Pablo, acompañado a veces por Bernabé, Juan Marcos o Silas, tiene como base central de sus viajes la ciudad de Antioquía, la capital política pagana más importante de Medio Oriente, y de cómo Pablo finalmente llegará a la misma Roma en la que dará su testimonio final del mensaje de salvación frente a quienes representaban la totalidad del mundo habitado de la Antigüedad.
Iglesia de Antioquía y el Nuevo Testamento
El Nuevo Testamento, la colección canónica constituyente de todo el cristianismo, es el testimonio escrito más importante de la fe cristiana antioquena. No sólo la tradición sino también los estudios bíblicos contemporáneos coinciden en determinar el lugar de procedencia y actuación de la mayoría de los autores y destinatarios de estos escritos en la basta zona de influencia antioquena. San Mateo, el evangelio más leído entre los cristianos, fue redactado para la comunidad cristiana de Antioquía por los años 80 A.D. La díptica Lucas-Hechos que la tradición atribuye al médico Lucas de Antioquía, está dirigida, según la crítica moderna, a alguna comunidad cristiana de la gentilidad en Asia Menor, probablemente Éfeso. El Evangelio de Marcos y las epístolas de Pedro cargan también con una fuerte tradición antioquena.
Muro Helénico de la Ciudad
La ciudad era un centro principal helénico en los siglos anteriores a la llegada de Pablo. Estaba localizada a lo largo de la vía de Éfeso a Cilicia.
Los habitantes judíos de la ciudad fueron traídos por los romanos por razones políticas y comerciales. Pablo predicó a está comunidad en su primer viaje misionero.
Así vemos que hablar de los comienzos del cristianismo en Antioquía es hablar de la cuna del cristianismo universal y sobre todo es hablar de la lucha de sus creyentes por hacer extenso el mensaje de Jesucristo a todo ser humano, sin importar su procedencia o su religión anterior. Fue en Antioquía donde Pablo revindicó el derecho de que cualquier persona que escuche el mensaje de Jesucristo y lo acepte sea capaz de seguir su camino sin tener que atarse a los yugos de ninguna ley o a las costumbres de ninguna etnia. Pablo y sus discípulos lucharon por la igualdad de todos los cristianos como siervos e hijos de un mismo Dios y Señor como hermanos que comen en una misma mesa y pertenecen a un mismo lugar, a la casa de Dios Padre Misericordioso. “Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús,” predicaba Pablo a viva voz.
Templo de Augusto
Ya que se consideraba a Augusto como el fundador de la ciudad, este templo le fue dedicado. Se construyó después del año 2 a.C. y se convirtió en el punto central de la ciudad.
Este podio fue construido en frente de un pórtico semicircular de dos pisos y adyacente a un extenso patio con columnata. El templo se excavó por primera vez por Ramsay de 1912 a 1914.
Antioquía de los años 80, se escucha todavía los ecos de esta afirmación. Para ese entonces la iglesia de Jerusalén habia sufrido el martirio de Santiago el Hermano del Señor (60 d.C.) y se habían dispersado por la región. Además, el Templo había sido destruído por los Romanos (70 d.C.) y la sinagoga judía de la diáspora se ponía cada vez mas estricta en cuanto a la definición de su propia religión frente a un movimiento cristiano cada vez más numeroso y con más miembros de la gentilidad. Estos sucesos repercuten en la ciudad de Antioquía y marcan sus huellas en el Evangelio de Mateo donde leemos fuertes controversias entre corrientes judaizantes y corrientes abiertas a la gentilidad. Recordemos por ejemplo la parábola de los trabajadores de la viña en Mt 20:1-16 o la parábola de los dos hijos en Mt 21:28-32 en las que Jesús muestra su repudio a la discriminación: “Yo quiero dar al último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a llevar mis cosas de la manera que quiero? ¿O será porque soy generoso y tú envidioso? (Mt 20:14-15)”
Iglesia de San Pablo
Los restos de la iglesia bizantina son el lugar tradicional de la sinagoga en la cual Pablo predicó (Hch 13:14-52).
Excavaciones recientes han revelado una edificación del siglo I bajo la iglesia que ha sido identificada como la sinagoga. Inscrito se encontró en el piso de la iglesia el salmo 42:2.