Malaquías, «Mi mensajero» o «Mensajero de Yehová». La Biblia no consigna datos personales, ni siquiera en su propia profecía. Ni aún se puede asegurar con certeza que hubiera un profeta de este nombre, ya que Malaquías bien podría ser «el título» (3:1) del profeta (Mensajero de Dios).

En cuanto a la fecha de la escritura de la profecía de Malaquías, el texto indica que el Templo ya ha sido reconstruido y se ofrecen sacrificios (1:7; 10; 3:1).

1:7 En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Yehová es despreciable. 

1:10 ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no tengo complacencia en vosotros, dice Yehová de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda. 

3:1 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Yehová de los ejércitos.

Asi que Malaquías pudo haber escrito durante el tiempo en el que Nehemías «salió» de Jerusalen (435 a.C.), antes de la destrucción del Templo de Salomón.  Sin embargo, es mas común sugerir una fecha anterior a Esdras y Nehemías (460 a.C.).

Malaquías condena una baja condición moral y religiosa entre los judíos, parecida a las situaciones que Esdras y Nehemías atacaron. El diálogo entre Dios y su pueblo es único en la Biblia, y está caracterizado por expresiones como «decías», «habéis dicho», «dijistéis», «diréis» (14 veces), y «en que», «por qué», «qué» (19 veces).

El libro se puede dividir en dos partes:

1.- Pecado de Israel (1 y 2).

El  pecado  reprendido  incluye  la  falta  de gratitud  a  Dios  por  haber escogido a Israel  (1:1-5; Ro.9:13), la deshonra del nombre de Dios con ofrendas inaceptables (1:6-9, 13, 14) y el conceptuar el culto como carga pesada (1:10-12). Los más culpables son los dirigentes espirituales (2:1,7).

2:1 Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento. 

2:7 Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Yehová de los ejércitos. 

La advertencia del castigo como resultado de estas condiciones es clara (2:2-9). Los matrimonios mixtos con los paganos profanan el pacto con Dios, puesto que Israel es pueblo apartado (2:10-14). Dios aborrece la infidelidad conyugal que había llegado a ser común (2:15.17).

2.- Promesa respecto al Mesías (3 y 4).

Esta promesa incluye la del mensajero prometido (3:1), Mr. 1:2),

3:1 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Yehová de los ejércitos. 

y la del día de purificación (3:2-5).

3:2 ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores
3:3 Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Yehová ofrenda en justicia. 
3:4 Y será grata a Yehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos. 
3:5 Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Yehová de los ejércitos. 

El profeta prevé las dos venidas del Mesías: con relación a la primera anuncia la venida del precursor Juan el Bautista (3:1), y de la segunda el juicio venidero (3:2-5). Luego hace un llamado al arrepentimiento y condena el robo que cometen los  judíos al no dar los diezmos y ofrendas (3:6-12). Pero siempre hay un remanente de fieles y Dios los reconoce. Para ellos hay promesas especiales (3:13-4:3).

Al final Malaquías anuncia que el profeta Elías aparecerá «antes que venga el día de Yehová» y habrá un verdadero avivamiento (4:4-6).

4:4 Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel. 
4:5 He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Yehová, grande y terrible.                                                                                                                                                4:6 El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición. 

Según Mt 17:10-13 «Elias ya vino» en la figura de Juan el bautista, pero se sugiere que Yeshúa se estaría refiriendo a una primera venida de Elías para preparar el camino al Mesías (sufriente)   y estaría pendiente una segunda venida del profeta, antes que venga el día grande y terrible donde Yeshúa vendría como Rey, con la finalidad de que Elías haga volver  el corazón de los padres hacia los hijos y el de los hijos hacia sus padres. «Restauración de la Familia» que contrasta con Mt 10:34-36 

10:34 No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.
10:35 Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra;
10:36 y los enemigos del hombre serán los de su casa.

Cumpliéndose el patrón «separar/Unir» que a través de todas las escrituras se encuentra.

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Fuente y agradecimiento:

Diccionario Ilustrado de la Biblia. Editorial Caribe.