Pertenecía a una familia noble de Judá (Dn 1:3-6), tal vez incluso de sangre real (Josefo, Antigüedades, X.x.1). En 605 a.C. fue llevado a babilonia en la primera deportación. La terminación “El” alude a Dios y el inicio “Dan” significa “juez o justicia”, por tanto el significado de Daniel sería “Dios es mi juez o justicia de Dios”.

DANIEL

1:3 Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, 
1:4 muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos.
1:5 Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. 
1:6 Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá

Fue educado en la corte de Nabuconodosor, instruido en la escritura y el idioma de los babilonios, donde el jefe de los eunucos,  les cambió el nombre  y quedando Daniel renombrado como Beltsasar.

1:7 A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego. 

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La intensión de Nabuconodosor al cambiarles el nombre fue de enseñorearse de ellos y apartarlos de la adoración y culto a Yehová para desviarlos hacia la adoración de sus dioses paganos, pero éstos e mantuvieron fieles al Eterno.

Después de unos tres años de educación y tentación, Daniel y sus compañeros aventajaban a todos los demás por lo que recibieron buenos puestos al servicio del rey.

Se hizo famoso como interprete de visiones (Dn 2-5). Su fama creció cuando, por medio de sus propias visiones, profetizó el triunfo del reino mesiánico (Dn. 7-12)

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Se distinguió por su valor y su tenaz observancia de la ley. Gozó de la protección especial de Yehová, tanto en la corte (Dn.1) como en la fosa de los leones (Dn.6)

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Tuvo gran sabiduría en el gobierno bajo Nabuconodosor , Belsasar  y Darío el medo. Tuvo su última visión en el año tercero de Ciro (536 a.C.) cuando ya tenía mas de 80 años. Según una tradición rabínica, Daniel volvió a Jerusalén con los exiliados liberados por el decreto de Ciro.

El libro de Daniel es el único libro del Tanaj (antiguo testamento) que es de carácter  apocalíptico. A Daniel también se le fue dada la revelación del tiempo que estaba determinado sobre Judá para acabar con la desobediencia y poner fin al pecado,  expiar la iniquidad, y traer la justicia perdurable,  sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Tiempo (a las 62 semanas) que alertaba al pueblo judío a estar pendientes de la llegada de Silóh (El Mesías) quién sería muerto, donde la señal inequívoca del retiro del «cetro»,  Poder sobre la vida y la muerte, y poder de escoger al Sumo Sacerdote hijo de Aarón por el Sanedrín, quienes eran el poder sobre el pueblo judío, fuera evidente  con la llegada al trono del  rey Herodes. Semana 62 que se cumplió en el primer siglo cuando Yeshúa se encontraba en su ministerio, por tal razón, los judíos estaban esperando para esos días la llegada del Mesías, como vemos que pregunta Juan (el bautista) a Yeshúa por medio de dos de sus discípulos (Mt 11:3).

GENESIS

49:9 Cachorro de león, Judá; 
De la presa subiste, hijo mío. 
Se encorvó, se echó como león, 
Así como león viejo: ¿quién lo despertará? 
49:10 No será quitado el cetro de Judá, 
Ni el legislador de entre sus pies, 
Hasta que venga Siloh; 

MATEO

11:3 para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?

LAS 70 SEMANAS

9:20 Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios; 
9:21 aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde. 
9:22 Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.
9:23 Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión. 
9:24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 
9:25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 
9:26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 
9:27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.

 

Fuente y agradecimiento:

Diccionario Ilustrado de la Biblia. Editorial Caribe.