Con la idea de apuntar a la excelencia, alcanzar paz en nuestro interior y sentirnos limpios, aceptados, y  busquemos cada día el tiempo para hacer un «Alto» en lo rutinario de nuestras vidas, y dediquemos unos momentos a regalarnos un poco de amor, auto
ofreciéndonos la idea de querer sentirnos agradados y felices con nosotros mismos buscando ser mejores personas y llenar nuestras vasijas de sabiduría, abrir nuestros ojos y conocer quién en realidad somos, auto analizarnos, conocer lo que está mal y bien en nosotros para ir y producir un cambio y lograr sentirnos en armonía con nuestro Padre, el creador del Cielo y de la Tierra, el Rey del Universo, he querido compartir con Uds. un mensaje de reflexión.

El ruido de las carretas

Un día salí de paseo con mi padre… De pronto, él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:

-Además del cantar de los pájaros, ¿Oyes algo más?

Agudicé mis oídos y después de unos segundos le respondí:- Sólo escucho el ruido de una carreta.

-Eso es, dijo mi padre. Es una carreta vacía.

Entonces le pregunté con curiosidad: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si no la vemos?

-Es muy fácil, sé que está vacía por el ruido. Cuanto más vacía está la carreta, más ruido hace.

Crecí y me hice un hombre. Cada vez que escucho a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de los demás, presumiendo de lo que tiene o de lo que sabe, prepotente y menospreciando al resto de las personas que lo rodean,  tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: Cuanto más vacía está la carreta, más ruido hace.

La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Piensa que existen personas tan pobres, que lo único que tienen es dinero y soberbia…

Recuerda que: “Si las palabras no son mejores que el silencio…lo mejor es callar…»
Por lo tanto, no hagas ruido  como una «carreta vacía».

“Cuando las palabras no son mejores que el silencio…lo mejor es callar… ¡No hagas tanto ruido!”

Dios te dice:
“Si no tienes nada que decir, escúchame en silencio; yo te enseñaré a ser sabio” Job 33:33

 

Familia – José Luis Prieto

carreta

He visto que el que mucho habla y el que mucho se escusa, mucho tapa una mentira; el que «mucho se queja de lo que le acontece», mucho desprecia lo que el Eterno designa para su vida; estas actitudes también son carretas vacías, que suenan mucho pero no llevan nada, no llevan paz, no llevan conocimiento ni sabiduría, no llevan conocimiento de como manejar las situaciones y por lo tanto no existen en armonía con el Creador ni con ellos mismos, los tonos de sus melodías son discordante, aturden hasta a ellos mismos. Aprendamos de los 40 años cuándo el pueblo de Israel se encontraba con Moisés en el desierto, observemos sus quejas (por sus miedos) y la reacción del Eterno, pongamos atención a sus palabras y cómo mientras que ellos se quejaron no salieron de esa desolación, ni fueron dignos de entrar en la tierra prometida. Aprendamos también a hablar limpiamente, no aceptando en nuestras vidas la mentira y tomando la decisión firme de desechar hablar palabras de engaño para conseguir algún propósito o para buscar excusarnos por algún error cometido que no queremos que alguien vea, porque el que habla mentira enloda su lengua, porque el que habla mentira no tiene poder en sus palabras y no es digno de ser elegido como amigo, como socio o testigo fiel. Mucho menos para formar un vínculo matrimonial o enlazarnos en un noviazgo que darán como resultado la contaminación de nuestra propia esencia.

Reflexionemos en ésto, y entendamos en que nivel estamos, en que parte del trayecto  (del desierto) estamos caminando, quienes somos actualmente en realidad y busquemos el cambio favorable que necesitamos tener, apuntemos a la excelencia, apuntemos a alcanzar la paz con Dios, en nuestro interior y con nuestro prójimo. Marquemos nuestra meta y mantengámonos firmes hasta alcanzarla.

Deja de hacer ruido…

MATEO 6:6 La gran herramienta para fortalecernos y hacer un «Alto» en lo rutinario de nuestras vidas.

Si aceptas apartar ese momento diario para pedir al Padre te dé su respaldo con el objetivo de no quejarte mas de tus situaciones sino aceptarlas para aprender y conocer mas de ti, de lo que debes cambiar y desechar de tus maneras y conceptos, respaldo para no mentir ni enlodar tu lengua y dar una respuesta limpia, sabia y firme, respaldo para no hablar mal de tu prójimo ni presumir de lo que tienes, haces o sabes, ni colocarte en una posición de prepotencia y altivez, habrás comenzado a caminar en dirección a la luz, en dirección a la paz que tu alma está deseando:

6:6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

 

¡…Apunta a la excelencia y llena tu carreta…!

 

Fuente y agradecimiento:
http://www.reflexionesparaelalma.net/page/reflexiones/id/319/title/El-ruido-de-las-carretas